Después de la tormenta (Instantáneas)

Cuerpos desnudos arrastrados por la furia de la tormenta,

arremolinándose en torno al mar como hojas secas

que aceptan la caricia del viento.

Restos de ti se esparcen en cada acontecer cotidiano,

los vasos y las luces tienen tu sombra

y las uñas arrancadas del deseo guardan restos de sangre

que alguna vez mordiste de mi espalda.

Los gestos y las caras que deambulan por la calle

son tristeza.

El viejo loco y absurdo que se tapa con cartones

y la puta convertida en princesa

son tristeza.

Un gato se estira en el iris misterioso de la adivinadora,

sus cartas y sus ojos son un juego de naipes tirado en la vereda del parque

junto a las muñecas que las vírgenes suicidas han dejado sobre el césped .

Una lenta caricia de saxo

me arranca de su estrella y me besa la boca

donde los peces trafican poemas y consignas incendiarias.

Ladrones fugitivos se alzan con la luz de la tarde como botín

y una gaviota es muerta en la esquina

por una puñalada trapera que tiene algo de Borges .

Esta tarde también es tango, el silencioso río de ginebra

donde los barcos ya han desembarcado

sus pungas y percantas

con aire de quinquela por la costa del río

Hay como un lento renacer después de la tormenta

Hay señales tiradas en el piso por la mano del agua.

Hay el amor, la sangre y la barbarie.

Febrero de 2003